La revolución de las tardes en Telecinco empezaba este lunes, decían. Con una mujer que, después de dominar las mañanas, remontaría las tardes. Y lo que ha pasado es algo más o menos así. Que a las cinco de la tarde ha aparecido la Ana Rosa Quintana de hace 30 años que presentaba Veredicto, a la que la inteligencia artificial ha permitido un discurso con las cosas que interesan hoy. El resultado daba cierto yuyu, con una boca mezcla de la de Mariano Rajoy y de alguien que lleva la férula puesta.
Luego ha aparecido la Ana Rosa de ahora, dueña y señora de Tardear. Vestida de blanco porque es un color que le gusta y porque dicen las que saben que simboliza poder. Ha repasado a las mujeres que han hecho y sido la televisión en España. Laura Valenzuela, Pilar Miró, “Loló Rico” (sic), Carmen Sevilla, Lina Morgan, la Campos. Ha tenido unas palabras preciosas para su compañera y rival en franjas horarias televisivas. Primer pellizquito de la tarde.
Ana Rosa Quintana asegura que cuenta con los colaboradores soñados y esos son Mario Vaquerizo, Alaska, Xavier Sardá, Vicky Martín Berrocal, Angela Rozas (Madame en Instagram). Como este es un país libre, por mucho que dé la turra Nacho Cano, el criterio de selección también lo es.
Ana Rosa debutó feliz y nerviosa, otra “primera vez”. Anunció al arrancar una entrevista con Ivana Andrés, capitana de la selección femenina de fútbol. El público rugió con muchas de sus intervenciones porque siempre sigue las órdenes de los regidores y porque la mujer que levantó la copa del mundo se lo merece. Pasarán dos larguísimas horas hasta que escuchemos su voz.
En medio, un plato de entremeses muy desigual. La primera mesa tuvo momentos vergonzantes, con un Vaquerizo empeñado en ser el centro de atención con frases supuestamente ingeniosas, dirigiéndose a uno de los copresentadores con un “escúchame, niño”. El cantante de Las Nancys Rubias es una persona que no para de decir cosas —“incontenencia” en vez de incontinencia, por ejemplo— y luego, a la mínima, abre muchísimo la boca con carcajada muda, esperando la brigada del aplauso.
Peligros
El programa ha pillado a Rubiales en un área de servicio y con un bocata en la mano, y todo lo que tiene que decir la diseñadora Martín Berrocal es: “Yo no sé cómo ese hombre tiene hambre”.
Las mesas de actualidad son un peligro público. Porque en la escaleta, a la que una se descuide, incluyen la noticia de la condena a una joven por tocarle el culo sin consentimiento a un hombre en una discoteca y a Alaska solo se le ocurre decir que a ver qué va a pasar entonces en las discotecas de ambiente y a Martín Berrocal, desahogada viva, confesar: “Ya hubiera querido yo un roce o algo”.
Perro Sanxe ha tardado 46 minutos en salir, cuando hablaban de una manifestación de personas que se sienten más animal que ser humano. Hay que respetar, decían algunos, mientras otros animaban a tratar esto con la ayuda de un buen psiquiatra. Menos mal que no se puede hablar de política.
De fondo, una imagen de Madrid y sus cuatro torres que son en realidad cinco porque es un programa MUY madrileño. Muy de merendAR. Tienen un defensor del pueblo al que llaman Elovejas, que es un señor de Soria con palillo en la boca que dice palabras rurales y es, supuestamente, un festival de la risa. El señor ovejas dijo nada más salir: “Daos por ‘besaos’ no vaya a ser que nos denuncie alguien”. Risas con lo rural, con el consentimiento… madre del amor hermoso.
Tienen videos virales y una sección de sucesos con Manuel Marlasca en la que se ha hablado de Daniel Sancho, un monje vidente al que han detenido que salió en First dates y a varias vecinas escandalizadas porque un vecino del mismo bloque ha eyaculado en sus coches. “¿Eyacular es un abuso sexual a los coches?”, dijo Quintana.
Tienen una mesa del corazón perfectamente engrasada porque en eso la Quintana es maestra, sólo que ahora sus colaboradores tienen que bailar al ser presentados. Dos amigos anónimos de la presentadora le han dicho en directo lo que les parecía el programa, Trancas y Barrancas en humano.
E Ivana Andrés. Una entrevista en la que se ha hablado de lo mismo que se lleva hablando desde la final de Sídney, pero donde Ana Rosa se ha mostrado emocionada. Ha entrado su mujer en directo, le han hecho un regalo a la niña de tres meses de ambas, han salido unas jugadoras de hace años y un equipo infantil de ahora. Que canten los niños que alcen la voz, que cantaba José Luis Perales.
Y esto ha sido todo en este primer programa. ‘Tardear’, o más bien ‘Tardejarl’.
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